Peralvillo no es una colonia de segunda en la Cuauhtémoc
* La basura contaminan agua, suelo y aire, por lo que origina focos de infecciones y daña cultivos, por si fuera poco, a trae plagas que afectan los hogares
Redacción
“La existencia de un tiradero clandestino es un tema que pone en riesgo no solo la dignidad de un barrio histórico como Peralvillo, sino además es una amenaza tangible a la salud pública y al medio ambiente, elementos esenciales para la vida misma.
El derecho a un medio ambiente sano, consagrado en el artículo cuarto de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, no es un ideal abstracto. Es un compromiso claro y obligatorio para todas las autoridades, incluidas las alcaldías.
Este derecho está ligado profundamente a otros derechos fundamentales, como la dignidad humana, la salud, la seguridad y la calidad de vida, por lo que ignorarlo equivale a dejar desprotegida a nuestra ciudadanía”.
Lo anterior fue señalado por la diputada y Coordinadora de la Asociación Parlamentaria Mujeres por el comercio Feminista e Incluyente, Diana Sánchez Barrios cuando presentó una Proposición con Punto de Acuerdo de Urgente y Obvia Resolución, por el que se exhortó a la persona titular de la alcaldía Cuauhtémoc para que implemente las acciones necesarias para erradicar el tiradero clandestino localizado en la colonia Peralvillo, con el fin de salvaguardar la salud pública y proteger el entorno ambiental.
Asimismo, dijo “desde la Alianza de la Transformación enviamos un mensaje claro, en la ciudad de México no hay barrios olvidados y en la Cuauhtémoc no hay colonias de segunda. Además, en Peralvillo como en cualquier otra parte de nuestra ciudad, la vida, la salud y la dignidad de las personas si importan y se deben proteger.
“Actuemos juntos, y demostremos que en la Alcaldía Cuauhtémoc y en la Ciudad de México, el bienestar de nuestra gente y de nuestro medio ambiente es una prioridad absoluta”.
Y dejó en claro que la Ley Orgánica de Alcaldías y la normatividad ambiental son claras pues corresponde a las autoridades locales garantizar la limpieza, el manejo adecuado de residuos, y la protección del entorno, y que la presencia de tiraderos clandestinos “no solo refleja una falta de vigilancia y control, dejar este problema sin atender no es una opción.
Porque esto implica no solo el deterioro del entorno natural, sino también graves riesgos de enfermedades, contaminación de los suelos y el agua, y un impacto negativo en la calidad de vida de todas las familias de la zona”.
Por lo tanto agregó, “este tema nos concierne a todos y aunque a veces parece pequeño, tiene enormes repercusiones en nuestra vida diaria y en el futuro de nuestras comunidades.
Y ejemplificó “cada vez que tiramos basura en lugares no adecuados, dañamos el paisaje urbano. Residuos mal gestionados contaminan el agua, el suelo y el aire, creando focos de infecciones, afectando cultivos y, por si fuera poco, atrayendo plagas que perjudican nuestro hogar”.
Además, dijo, es importante recordar que muchos de los materiales que consideramos “desechables” tardan décadas, incluso siglos, en descomponerse. Ese envase que se tira en la calle puede terminar en ríos, mares y bosques, dañando la flora y fauna que son esenciales para el equilibrio de la naturaleza”.
La representante popular comentó también que no estamos aquí solo para lamentarnos, sino para actuar por lo que hizo un llamado a las personas que “nos siguen por las redes sociales de este congreso debido a que cada pequeño cambio que hagamos en nuestro comportamiento tiene un impacto positivo. Separar la basura, depositarla en los lugares designados y, sobre todo, generar menos residuos son hábitos que están en nuestras manos y que pueden marcar la diferencia”.
Durante su discurso agregó que no se habla de un simple acto administrativo, sino de cumplir con el deber moral y legal de proteger a nuestra comunidad y nuestro entorno.
Y pidió, ser conscientes en cuanto a que cada día que pasa sin atender este problema, el daño se incrementa y se dificulta más su solución.
Por lo que hay que tomar este desafío “como una oportunidad de mostrar que la gobernanza local puede y debe estar al servicio de los ciudadanos y de las generaciones futuras.
